La curiosidad ha matado al gato. Y eso significa para esta esposa muy perra que después de verle la pollita a su marido todos los días ahora quiere ver un buen pollón. Le dice al amigo negro de su hombre que se la enseñe y cuando ve lo grande que es no puede evitar ir a comérsela. El marido está delante viéndolo todo, lo que acaba siendo más raro aún cuando la mujer se folla al negro ahí mismo mientras da gritos del gran placer que le está dando tener ese pollón dentro de ella. Menudo espectáculo el de este putón.
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