El amo y señor de esta guarra le ha dado unas órdenes muy concretas. Se tiene que poner en lencería muy sexy y de perra obediente, escribir mensajes en todo el cuerpo y comenzar a masturbarse en un baño público de hombres. En el cuerpo se ha escrito “quien me vea que me folle”, así que cuando un hombre entra al servicio y se la encuentra metiéndose el consolador no duda ni un segundo en agarrarla y comenzar a meterle la polla en la boca. Minutos después la pone de espaldas y la empieza a taladrar a lo bestia tal y como le ha ofrecido la propia puta con sus mensajes del cuerpo. La sumisa se deja follar y al final se queda esperando a otro hombre más para que termine el trabajo.
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