En el momento que una mujer pide guerra, quienes somos nosotros para negársela. Ésto es lo que ha pensado este tío cuando la puta de su mujer le ha dicho que tiene ganas de polla. La cerda no se lo ha pensado dos veces y en cuanto se ha acomodado en el sofá, no ha podido evitar ponerse super cachonda. La puta es una guarra insaciable y siempre está dispuesta a que su marido le reviente el coñito. Cómo le gusta a la muy zorra. Después de comer polla, el colega acabará follando con su mujer en el salón. Un polvazo muy hot para echar la tarde del domingo.
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